Dark Night

dilluns, 14 de gener del 2013

Capitulo 1


Eran las cuatro de la mañana, no podía dormir. Pasado mañana sería mi traslado a ese internado, aun no me podía creer que mis padres aceptarán llevarme a ese lugar. Todo cuanto había vivido: mi ciudad, mis amigos, mi escuela, las innumerables fiestas en las cuales siempre la liaba con mis amigas, y un millar de cosas más, desaparecerían en cuanto entrara a la Academia Gêllika.

Miré el reloj esperando que el tiempo se hubiese detenido, pero no era así, ya eran las cinco y media, y no había dormido nada. Perfecto, pensé, mañana será mi último día con mis amigas y tendré una cara que dará pena. Aun así no es que me importará esa ‘’supermegahiperfiesta’’ que me había preparado Alice, pero al ser mi último día debería estar por lo menos presentable. Al final entre pensamiento y pensamiento, acabé dormida.

En mis sueños visualizaba una rosa blanca, que a medida que avanzaba el tiempo se iba manchando de un color rojo carmesí, sangre. En ese momento la rosa desapareció y en vez de ella había un símbolo, dos cuadrados entrecruzados que en el medio de ambos, había una luna. Después de eso se escuchaban voces que decían algo en alguna extraña lengua, era un sonido que evocaba una belleza indescriptible para mis odios ,pero que resultaba bastante intimidante.Era extraño , desde que perdí mis recuerdo a los diez años , nunca habi soñado con nada, pero en ese momento lo hice. En ese momento, algo empezó a sonar de forma lejana , hasta que iba aumentando de volumen, mi teléfono. Esa melodía de Rock me de One Direction, me despertó de aquel sueño tan extraño, y fije mis ojos en la pantalla pare ver quien me había despertado, Alice.

-¿Qué pasa?- Dije con una voz media dormida.
-¿¡Como que qué pasa?! Vamos Ángela ¡¡Despierta!! Te estamos esperando desde las cuatro- dijo y miré el reloj  y eran las cinco de la tarde- más te vale estar lista  Ángela, te recogeré pronto- dijo Alice y colgó.

Me quede mirando el techo un buen rato y entonces decidí salir de la cama. Al tocar el suelo con los pies desnudos ,en pleno invierno ,un escalofrió  recorrió todo mi cuerpo. Me quedé sentada mirando aquel frio suelo durante unos segundos, luego me levanté y me fui a la ducha , necesitaba despejarme de todo este lio , necesitaba ver a mis amigos y crear un buen recuerdo de ellos.

Cuando salí de la ducha ví el espejo todo empañado y como si fuera un acto reflejo , dibuje aquel símbolo de mis sueños.

-Deberían hacer colgantes así –Pensé

Salí del baño envuelta con mi albornoz ocre de Channel , un regalo caro de Alice, lo mínimo a esperar de una chica rica como ella. A decir verdad sentía cierta envidia hacia ella, alta, delgada, rubia, y con unos ojos azules preciosos .Sí , parecía una estrella de cine , pero yo no me podía quejar tampoco de mi cuerpo, era más bien media alta y delgada, aunque era morena y ojos color ámbar.

En mi habitación había una nota de mis padres:
 Cariño hoy es tu ultimo día aquí, tu padre y yo te hemos comprado esto, por favor úsalo para tu fiesta de hoy.No podemos despedirte, nos vamos de viaje, seguro que te adaptarás bien. Te queremos

.Te queremos, ¿Enserio? Si me quisiesen no me hubieran enviado a ese internado. Pero por lo menos habían comprado algo. Con mala gana cogí ese paquete que había en mi cama y lo abrí. Me sorprendí al ver aquel precioso vestido azul eléctrico con un lazo blanco en aquella caja. Lo cogí y al sacarlo de la caja me di cuenta que debajo del vestido habían unos zapatos y un bolso a juego. Por un momento olvide cuan tanto enfadada estaba con ellos, y me lo probé.

Al mirarme al espejo, me quedé pasmada por lo bien que me quedaba, me parecía a esa chica de mi serie favorita, The Vampire Diaries , en aquella escena donde la chica participaba en un concurso de misses en Mystic Falls, solo me faltaría que apareciese ese chico malo vampiro que fue su acompañante.

Baje a la cocina , pero por desgracia no había nadie en casa porque mis padres se habían ido de viaje , así que no había tampoco mucha comida. Ahora que lo pensaba no había comido por más de quince horas, así que rebusqué por toda la cocina hasta poder dar con unas galletas de chocolate.

-Bien por lo menos me saciará el hambre por ahora, en la fiesta habrá comida- Pensé y abrí la caja de galletas, Oreo, mis favoritas

Después de haber vuelto a dejar la caja de galletas en su sitio, cogí mi bolso con el móvil, las llaves y unos ciento cincuenta euros, cortesía de mi madre, y salí a fuera para esperar que Alice viniera a recogerme. En ese momento me llegó un Whatsapp suyo diciendo que llegaba en cinco minutos.

-Valla suerte la mía- dije en voz baja mirando las estrellas,eran tan brillantes que me gustaba como combinaban con el cielo oscuro.Fué en ese momento cuando  sentí que alguien me observaba, me giré y entonces lo pude ver, una especie de sombra, me asusté tanto que se me calló el móvil al suelo.Una extraña sensación se apoderó de mi cuerpo , no podía moverme , tampoco gritar para que alguien me ayudará ,pensé que algo saldría de esos matorrales y me haría algo. Para suerte la mía, el coche de Alice apareció en la otra dirección y la sombra misteriosa se dio a la fuga.

-¡Hey! Ángela, sube-Dijo desde su coche y entonces vio mi móvil en el suelo y a mi con la cara pálida - ¿Te pasa algo?- preguntó algo preocupada.
-Nada, estoy perfectamente –Dije para no alterarla por lo de la sombra, seguramente sería algún vagabundo o algún perro escondido por algún matorral que proyectaría esa sombra.

Durante el trayecto Alice no paraba de canturrear su canción favorita de un grupo coreano, Face de NU’EST, mientras yo me limitaba a escuchar sus desafinados cantos.

-Bueno Ángela, tu hoy solo preocúpate de pasártelo bien-dijo , no apartando la vista de la carretera- ¿Entendido?
-Si…-dije no pudiendo evitar sacar una sonrisa, Alice a veces parecía mi madre, y eso era lo que más me gustaba de ella.
-¡ha! Casi se me olvidaba, coge aquella bolsa-dijo señalando debajo de mi asiento- Vamos, te gustará -Con mi mano busque aquella bolsa que me había dicho Alice , la cogí y acto seguido la abrí- Es un encargo especial para ti Ángela , para que no me olvides- Dijo con una sonrisa forzada intentando no llorar para que no se le corriera el rímel tan caro que llevaría.

Cuando abrí la cajita que había en la bolsa casi me pongo a llorar ahí mismo , era un colgante en forma de una hada de cristal adornada de diamantes azules y verdes alternadamente en cada ala. Desde pequeña me gustaban las hadas , asi fue como conocí a Alice
-¿Te acuerdas cuando teníamos 11 años me dijiste que te encantaban las hadas y un día nos pusimos a dibujar unas? Yo las dibuje con las alas verdes y tu azules. Al principio pensé en que se las pusieran solo verdes, pero al acordarme pedí que las pusieran de los dos- dijo sonriendo como si estuviera recordando aquel momento.
-Dios Alice, te habrá costado una fortuna, no me lo merezco- Dije evitando retener aquella lágrima que se me caía por la mejilla.
-¡Tonta!- Dijo alargando la o- Claro que te lo mereces, esto y mucho más-Dijo mientras me limpiaba la lágrima con su dedo pulgar , ese gesto me hacía recordar mucho a mi madre- Vamos no llores , que se te correrá todo el maquillaje- Dijo sonriendo.
- Claro, es verdad- Dije riendo y a continuación me intente retocar bien el maquillaje en ese espejo que tenía ella en su coche.

Era horrible tener que renunciar a todo esto , y sobre todo a Alice que era principalmente mi razón para no querer dejar la ciudad. No sabía cómo serían las cosas en ese instituto internado pero seguramente nunca llegarían a ser como estar con Alice.

Al final llegamos a casa de Alice donde ya había un montón de peña armando alboroto. Como era de esperar Alice vivía en una urbanización de gente adinerada y su casa era más bien una mansión.

Bajamos de coche y como era de esperar todo vinieron a recibirnos.
-¡Ángela, Alice!- Grito Mike, nuestro mejor amigo desde primaria hasta hoy, nuestros 16 años
-Oh…Mike- Dijo Alice, como intentando decirle que le tenía que contar otro de sus chismes – ¡Si te digo lo que he visto hoy por la mañana te mueres!- Dijo sacando algo de su bolsillo, una especie de tarjetita de algún club y Mike la miro con ojos de desesperación- Toma, por fin lo he conseguido-dijo mientras se la daba a Mike.
-Alice, cada día me sorprendes más- dijo mientras la cogía- ¡Por fin podré ir a ese recital de violín! Pero… ¿Cómo la has conseguido?-Dijo mientras inspeccionara que su ‘’pase’’ era verdadero.
-Tengo contactos-Dijo mientras sonreía al ver cómo le había gustado. Alice siempre intentaba que sonriéramos.

En compañía de Mike entramos a su casa, la cual siempre daba un aspecto de perfección, era tan grande que fácilmente podrían entrar más de dos mil personas, no exageraba. Después de un buen rato de presentaciones, perdí a Alice y Mike de vista y me encontré a mí misma, solo, bebiendo una copa de cava. Observé el panorama, y lo único que podía visualizar en a un gran número de chicos y chicas de mi edad, o cerca, bailando y pasándoselo bien. Sentía que si por un minuto estuviera fuera no afectaría a nadie, así que Salí a respirar un poco de aire.

Estaba en el jardín de la parte de atrás, ya que la de adelante estaba ocupada por una parejita demasiado acaramelada. Respire aire y me quedé mirando las estrellas otra vez. Pensaba como serían las cosas sin Alice y Mike, seguramente nunca podría volver a hacer las tonterías que hacía con Alice, y no podría burlarme más del gusto hacia los recitales de música de Mike, pero lo que más me dolía de dejarlos era el simple hecho de no verlos. Miré fijamente las rosas rojas que habían en el jardín, las cuales me hicieron recordar mi sueño de la rosa blanca, manchada de sangre. En ese preciso instante visualice un chico, al cual no se le podía ver bien ya que estaba en la oscuridad, pero por su silueta se le veía alto y esbelto. Lentamente avanzo hacia mí, y no sé porque, la misma sensación que tuve enfrente a los matorrales, volvió a mí. El rostro de aquel chico quedo al descubierto por la luz de la luna, aparentaba diecinueve años , era demasiado guapo para ser humano, tenía el pelo casi tocando los hombros, negro y a simple vista sedoso. Sus ojos no eran de un color el cual hubiera visto en mi vida, eran azules, unos preciosos ojos azules, y su rostro era impecable, a la vez que pálido. No podía dejar de mirarle, entonces el habló. Su voz era penetrante y a la vez me atraía hacia otro mundo.En ese momento de di cuenta que detrás de él habia otro chico , igual de alto que el , pero sus ojos verde esmeralda eran demasiado penetrantes y consiguieron que me ruborizara

-Encantado de conocerle, Ángela- Dijo, extendiéndome una rosa azul, la cual cogí con desconfianza. Mi corazón iba a cien, tenía una especie de atracción y miedo hacía él.
-¿Cómo…Como sabes mi nombre?- Dije desconcertada, aun por el efecto de sus ojos.
-Supongo que debería saberlo, eres la protagonista en esta fiesta, ¿no?- Dijo mientras sonreía. Sus dientes eran de un perfecto color blanco- Bueno Ángela, ha sido un placer- Dijo y entonces empezó a caminar hacia dentro- Nos vemos.- Dijo y el chico que habia detrás suyo lo siguió , sin mirarme ni una sola vez.Aquel chico misterioso de ojos azules, me habia dado una rosa, no me lo podía creer.
-¡Espera!- Dije intentando seguirle, pero había desaparecido entre la multitud , al igual que el otro.

Mi corazón aun seguir latiendo demasiado rápido y me hacía a mí misma demasiadas preguntas ¿Quiénes eran? ¿Cómo se llamaban? ¿Los volvería a ver? Entonces caí en la tercera pregunta, no los volvería a ver, mañana me iba a ese internado. Decidí olvidarme de todo y disfrutar de la fiesta al máximo.

Cuando ya era demasiado tarde decidí irme, y entonces tocaba lo más duro de todo, las despedidas. Entre lágrima y lágrima, acabamos con todas, pero una de las más duras fue la de Mike, el cual me entregó una carta y me hizo prometer que siempre que me sintiera sola la leyera en voz alta.

Alice encendió en coche, y subí en el. Durante el trayecto no habló ninguna de las dos, solo permanecimos en silencio, y evitamos hablar, seguramente porque luego resultaría más difícil el despedirnos. Al final llegamos a mi casa, me despedi de ella con las lagrimas que habia retenido durante todo el día , y ella también. En elle momento nada importaba ni tan si solo el maquillaje, lo único en lo que nos centrábamos era en nuestro abrazo.

-Alice…-Dije con la voz entrecortada- Te quiero mucho y no quiero dejarte.
-Calla tonta –Dijo abrazandome más fuerte aún- Yo tampoco , pero hay que hacerlo- Dijo y entonces poco a poco nos soltamos-Prometeme que me llamaras todos los días- Dijo mientras se intentaba limpiar con la mano el rímel que habia debajo de sus ojos.
-Claro, todos los días- Dije tocando mi colgante de hada.
- Procura dormir bien, y déjales a todos con la boca abierta cuando llegues a ese sitio- Dijo sonriéndome.
-Como no, tengo que enseñar a todos el resultado de mi mejor estilista –Dije  sonriendo.
-Ala tonta, vete a dormir- Dijo quitándose ese pelo rubio de su cara.
-Si…- Dije y abrí la puerta- Alice.
-Dime
-Gracias
-¿Por qué?
-Por todo- Dije mientras cerraba la puerta y cuando cerré, espere a que ella subiera en su coche. Al escuchar cómo se iba mi última lágrima de la noche brotó.

Subí a mi cuarto, me quite los zapatos y todo el maquillaje. Miré el reloj, eran la una de la mañana.
-Perfecto tengo nueve horas para amenos no tener ojeras- pensé

Estaba tan cansada que no me quité el vestido, seguramente me daría tiempo por la mañana, a meterlo en mis maletas, con la carta de Mike.Esta noche tuve un sueño, uno muy extraño. Volví a soñar con la rosa blanca, pero a su lado había una azul, igual a la que me dio ese chico de los ojos azules, la cual deje en el suelo. Esta vez no había sangre, solo veía como la rosa blanca se marchitaba y la azul estaba más resplandeciente cada a la vez que la blanca moría....¿Era alguna señal?

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